martes, 14 de octubre de 2008

Poema v

Un día fallecerás,
y yo seguramente,
estaré ahí presente,
no por casualidad,
sino porque te busqué.


Te daré un beso
no en la boca
no, que del asco,
pero en la frente
donde rondarán
lombrices y gusanos
de tierra, de agua
y quién sabe, de aire.
Se alimentarán de amor
no, del mío, no,
por favor, que del asco
sino de aquel, del otro.
Y esos bichos,
también se morirán
por haber ingerido
tu piel, tu frente
tus ojos, tu boca.


Te daré un abrazo
y por primera vez
en toda la vida
al igual que el beso,
no me lo negarás
no porque quieras
porque evitarlo
jamás podrás,
como morir,
en este momento,
ahora
para siempre
como nunca.


Un día morirás,
y yo estaré ahí,
aplaudiré,
sonreiré,
feliz seré,
porque no tendré,
que, un día más,
amarte, otra vez,


por fin,
el día en que mueras.
seré feliz.
no, porque moriste
no
sino: dejaré
por fin,
de amarte
y por ende
de sufrir
como mártir.


sí, seré feliz,
el día en que mueras.
volarán aves negras,
anunciado la desgracia,
o más bien, la noticia
a mis oídos, más justicia
que la muerte
te ha llevado allá,
o tal vez aquí
donde sea que te lleve,
sólo sé que no te veré,
y sí, seré feliz.


Un día morirás,
y yo estaré ahí,
no para salvarte
sino ayudarte
no para salvarte,
sino matarte.